De la Antigüedad...

Como ya hemos señalado en la Introducción, desde los tiempos más remotos el ser humano ha sentido la necesidad de viajar, de conocer nuevos lugares y de contar a los demás lo que ha visto, así como sus experiencias.
Los conquistadores y descubridores, cuyo relato es en principio no ficticio, ya narraban lo que veían cuando amarraban sus naves y se adentraban por tierras desconocidas.
Si nos remontamos a la Antigüedad Clásica ya podremos hablar de las primeras obras de Literatura de viajes. La idea de un viaje por tierras desconocidas, aunque a veces fuera solamente a través de la imaginación, nos dejó uno de los primeros y mejores ejemplos: la Odisea de Homero, en el siglo IX a.C. Esta epopeya narra el largo viaje de Ulises (Odiseo) desde Troya, una vez terminada la guerra, hasta Ítaca, su isla natal.
Más adelante, entre los siglos XIII y XIV, Marco Polo escribió el Libro de las maravillas del mundo, una de las obras más difundidas durante la Edad Media y uno de los libros de viajes más famosos de todos los tiempos. Tal fue su importancia y difusión que se tradujo al aragonés y al castellano en el siglo XIV
Esta narración cuenta el viaje de un noble comerciante veneciano del siglo XIII en la corte china del emperador mongol Kublai Kan. Combinando hechos sociales y leyendas (como la descripción de hombres con rabo y cara de perro) la obra de Marco Polo proporcionó al mundo occidental europeo una valiosa información sobre el Lejano Oriente y la sociedad china, reavivando el interés por los viajes.
* Imágenes: Banco de imágenes del MEC