El método correlacional se emplea cuando no es posible aplicar el método experimental, por diversas causas:
- Las variables a investigar son conceptos hipotéticos (inteligencia, autoestima, personalidad, sugestión, etcétera), y, por tanto, no pueden ser manipulados empíricamente.
- Cuestiones éticas. Ningún investigador haría un experimento acerca de los efectos del aislamiento durante la infancia.
- Cuando no podemos manipular la variable independiente. Por ejemplo, si queremos averiguar si la temperatura afecta a las tasas de criminalidad, no podemos manipular el clima, por tanto no podemos comprobar nuestra hipótesis tal como está expresada.
Sin embargo, en este último caso, si reformulo la hipótesis y la expreso “la temperatura y el crimen están relacionados”, lo que tengo que hacer es efectuar una investigación descriptiva y medir las dos variables implicadas, la temperatura y la tasa de criminalidad, en la población o contexto que nos interese, establecer relaciones entre los datos obtenidos y sacar conclusiones.
Así, en el método correlacional:
- Comenzamos con la noción de que dos variables x e y están relacionadas.
- Efectuamos una investigación descriptiva: hacemos mediciones sobre las variables y llegamos a conclusiones. No manipulamos ninguna de ellas, simplemente tratamos de encontrar hechos que nos permitan confirmar o no nuestra idea.
Cuando comprobamos repetidamente que un hecho influye sobre otro, decimos que existe correlación entre ambos. Por ejemplo, si observamos que las personas con baja autoestima son inseguras, diríamos que autoestima e inseguridad están correlacionadas.
La correlación sirve para hacer predicciones pero no sirve para establecer una relación de causa-efecto, tiene un valor más bien descriptivo. Por ejemplo, si sabemos que entre la cantidad de tabaco que se fuma y las enfermedades de pulmón existe una alta correlación positiva, será fácil pronosticar la presencia de una de estas enfermedades en un futuro, no muy lejano, en la mayoría de fumadores empedernidos.