UD5. Relación y reproducción de los seres vivos
Percepción
Los animales detectan los estímulos mediante los órganos de los sentidos (en el caso de estímulos externos, como la luz) y por medio de receptores situados en sus órganos internos (estímulos internos, como el hambre).
La enorme diversidad de animales se refleja también en los órganos de los sentidos que podemos encontrar en ellos. Así, aunque los órganos puedan ser sensibles al mismo tipo de estímulo y tengan la misma finalidad, presentan grandes diferencias de unos animales a otros.
Por ejemplo, los ojos son fotorreceptores que reciben estímulos luminosos y a través de células que se encuentran en la retina forman la imagen y la envían al encéfalo. Sin embargo, hay grandes diferencias estructurales entre el ojo de un ave rapaz y el ojo compuesto de un insecto.
Son comunes a muchos animales órganos sensibles a productos químicos; entre ellos se encuentra el sentido del olfato, localizado en las fosas nasales de muchos vertebrados (como los mamíferos) y especializado en la detección de sustancias presentes en el aire o en el agua y que son percibidos como olores.
Otros vertebrados, como las serpientes, disponen de órganos olfativos en la lengua. En el caso de los invertebrados, existen órganos similares situados en sus patas y antenas.
La detección de sabores la realizan también órganos sensibles a productos químicos. Se encuentra en la cavidad bucal de los vertebrados. En los mamíferos se detecta fundamentalmente en las papilas gustativas de la lengua. Para la detección de los sabores las sustancias deben estar disueltas en agua.
El oído de los vertebrados es un mecanorreceptor estimulado por las variaciones de presión asociadas al sonido.
En los peces, la línea lateral es también un mecanorreceptor que les permite detectar vibraciones en el agua producidas por otros seres u objetos en movimiento. En el caso de los invertebrados los mecanorreceptores están distribuidos por la superficie corporal, la boca, antenas y patas.