A comienzos del siglo XIX, el científico inglés J. Dalton realizó una serie de experimentos en su laboratorio, demostrando que la materia estaba formada por átomos, que él supuso indivisibles. Sin embargo, experiencias posteriores demostraron que la materia podía ganar o perder carga eléctrica, lo cual planteaba dudas sobre la distribución de dicha carga en el átomo.
La primera evidencia de la existencia de partículas subatómicas se debe a J. Thomson, que a finales del siglo XIX descubrió la existencia de una partícula con carga eléctrica negativa, a la que denominó electrón, y desarrolló un primer modelo atómico que lleva su nombre. Poco después se descubrió otra partícula, esta vez con carga positiva, que se llamó protón.
Sin embargo, dicho modelo fue rápidamente superado por otro más completo, que encajaba mucho mejor con los resultados experimentales: el modelo de Rutherford.