Los antiguos griegos entendían por alma el principio de la actividad vital, principio de vida de los seres vivos. Aquello de que resulta la condición de viviente.
Modernamente se ha restringido el concepto de alma -y el objeto de la psicología- al alma sensitiva o dotada de algún modo de conciencia. Actualmente, el alma es la interioridad del pensamiento emocional y mental. El mundo exterior, constituido de objetos palpables, es el campo donde la persona experimenta una respuesta interior con sus recuerdos, sus deseos, sus imágenes mentales, el dolor, el sufrimiento moral y los sueños.
"La conciencia es el conocimiento inmediato y directo que el alma tiene de su propia existencia, condición, sensaciones, operaciones mentales, etcétera" y también es "el conocimiento interno que cada cual tiene de la bondad o maldad de su conducta, intenciones, carácter, junto con la obligación de hacer aquello que es bueno" .
Conciencia y mente se usan como sinónimos, significando la afirmación de la funcionalidad psíquica, individual, frente a la funcionalidad social y grupal. La mente se presenta como la estructura individual de conocimiento a partir de la cual se incorporan y se integran todas las informaciones que le llegan.