La genética es el estudio de cómo los seres vivos transmiten los rasgos de una generación a la siguiente. Los descendientes no son clones de sus padres pero algunos rasgos reaparecen de generación en generación en patrones predecibles.
Todos los modos de comportamiento humano, amor, odio, alegría, miedo, amistad, simpatía, agresión, etcétera tienen bases genéticas. Los genes son las unidades básicas de herencia.
Los genes se encuentran en los cromosomas que son cuerpos filiformes diminutos que se encuentran en el núcleo de todas las células. Se agrupan en pares y cada especie tiene un número constante: los seres humanos poseen 23 pares de cromosomas en cada célula normal, excepto las células sexuales que sólo tienen la mitad de los cromosomas.
En la fertilización, los cromosomas del espermatozoide del padre se unen a los cromosomas del óvulo de la madre, creando una nueva célula llamada cigoto. Esa célula y todos los miles de millones que se desarrollarán a partir de ella (excepto el espermatozoide y el óvulo) contienen 46 cromosomas dispuestos en 23 pares.
El ingrediente principal e los cromosomas es el ADN (ácido desoxiribonucléico), que es el portador y transmisor de la información genética.
Un gen es un pequeño segmento de ADN que contiene instrucciones para un rasgo particular o un grupo de rasgos, por ejemplo, el color de los ojos. Cada cromosoma contiene miles de genes en localizaciones fijas.
Cada ser vivo, para un mismo rasgo, posee información que procede de dos (o más) genes, uno heredado del padre y otro de la madre. Estos dos genes que informan sobre un mismo rasgo se llaman alelos.
El genoma humano, la suma total de todos los genes necesarios para construir el ser humano, es de aproximadamente 30.000 genes.