Ciencias Sociales
4º - Ciencias Sociales
El reinado de Alfonso XIII

La dictadura de Primo de Ribera

Alfonso XIII y Primo de Rivera

Tras el desastre de Annual, la oposición pidió una investigación para esclarecer el asunto, que podía salpicar al propio rey y, desde luego, al ejército. En 1923, con el consentimiento real, el general Miguel Primo de Rivera dio un golpe de estado:

  • Suspendió la constitución.
  • Suspendió los partidos y sindicatos.
  • Puso fin a la guerra de Marruecos en 1927.
  • Aprovechó la bonanza económica de la década de los 20 para fomentar las obras públicas, el desarrollo industrial, la creación de escuelas e institutos…

Sin embargo, el dictador creó un partido para perpetuarse en el poder y el descontento con la dictadura fue aumentando. Alfonso XIII destituyó al dictador en 1930 y encargó un gobierno al general Berenguer, conocido como la dictablanda.

Finalmente, el descontento popular forzó la convocatoria de elecciones. La imagen del rey quedó irremediablemente dañada por su apoyo a la dictadura y los partidos de izquierdas, republicanos y nacionalistas firmaron el pacto de San Sebastián para acabar con  la monarquía.

Contesta
¿Cuál es la justificación que Primo de Rivera hace de su toma dictatorial del poder?


Contesta
El manifiesto de Primo de Rivera habla del amañamiento electoral para garantizar la sucesión de los partidos ¿qué tiene de incoherente esta afirmación?


Contesta
Indique su opinión personal sobre la intervención del ejército en el poder.


Manifiesto de Primo de Rivera

Al país y al ejército.
Españoles: Ha llegado para nosotros el momento más temido que esperado (porque hubiéramos querido vivir siempre en la legalidad y que ella rigiera sin interrupción la vida española) de recoger las ansias, de atender el clamoroso requerimiento de cuantos amando la Patria no ven para ella otra salvación que liberarla de los profesionales de la política, de los hombres que por una u otra razón nos ofrecen el cuadro de desdichas e inmoralidades que empezaron el año 98 y amenazan a España con un próximo fin trágico y deshonroso. La tupida red de la política de concupiscencias ha cogido en sus mallas, secuestrándola, hasta la voluntad real. Con frecuencia parecen pedir que gobiernen los que ellos dicen no dejan gobernar, aludiendo a los que han sido su único, aunque débil, freno, y llevaron a las leyes y costumbres la poca ética sana, este tenue tinte de moral y equidad que aún tienen, pero en la realidad se avienen fáciles y contentos al turno y al reparto y entre ellos mismos designan la sucesión.
Pues bien, ahora vamos a recabar todas las responsabilidades y a gobernar nosotros u hombres civiles que representen nuestra moral y doctrina (...). Este movimiento es de hombres: el que no sienta la masculinidad completamente caracterizada que espere en un rincón, sin perturbar los días buenos que para la patria preparamos.
Españoles: ¡Viva España y viva el Rey!
 
13 de septiembre de 1923