Tenemos que comenzar por aclarar que sexo y género son cosas diferentes. El sexo, es decir, la distinción macho/hembra, existe en la naturaleza; el género, es decir, la distinción masculino/femenino, existe sólo en la lengua. En castellano, todos los sustantivos tienen género, pero no existe correspondencia entre género y sexo. Así, hay palabras de género femenino que pueden designar machos (serpiente, pantera) o que designan objetos sin sexo (mesa, silla).
El masculino es un género no marcado que, además, se ha venido utilizando como genérico, es decir: si un profesor dice <<todos los alumnos hicieron huelga>> engloba a ambos sexos, sin necesidad de precisar <<alumnos y alumnas>>.
Hecha esta aclaración, centrémonos en el problema de la discriminación sexista en la lengua. Según el DRAE, sexismo es "la discriminación de personas de un sexo por considerarlo inferior al otro". Estaremos de acuerdo en que la sociedad ha sido y sigue siendo, en muchos aspectos, machista, lo que ha derivado en la creación de estereotipos, ya obsoletos, que la inmensa mayoría de los hablantes ya no defendería racionalmente. Es, por tanto, lógico que en el castellano, al igual que en otras lenguas, se hayan ido acumulando rasgos lingüísticos derivados de esa concepción social. A pesar de los cambios que ha experimentado el mundo, muchos de esos rasgos siguen presentes en el idioma.
Los desdoblamientos
Myo Çid Roy Diaz por Burgos entroue,
en sue conpaña sessaenta pendones;
exien lo ueer mugieres e uarones, burgeses e burgesas por las finiestras sone,
plorando de los oios, tanto auyen el dolore.
De las sus bocas todos dizian una razone:
'Dios, que buen vassallo, si ouiesse buen señore!'
(Poema de Mio Cid, vv.15-20)
Señoras y señores, con ustedes...
Hemos citado anteriormente que el castellano marca el masculino como genérico. Volviendo al ejemplo que dábamos anteriormente, si un profesor dice todos los alumnos hicieron huelga todos entendemos que se está refiriendo a todo su alumnado, es decir, chicos y chicas. ¿Es necesario decir, entonces, alumnos y alumnas, o diputados y diputadas, aragoneses y aragonesas? Sí y no. Quienes están a favor del desdoblamiento señalan que aquello que no se nombra se considera menos importante o inexistente. Y tienen su parte de razón. Además, como has visto al principio de esta sección, los desdoblamientos no son nuevos en la lengua. Quienes abogan por el masculino como genérico alegan que el desdoblamiento total llevaría al absurdo de tener que emplear expresiones como los diputados y diputadas estamos contentos y contentas pero preocupados y preocupadas, lo que va en contra del principio de economía lingüística.
Por qué opción inclinarse es cosa tuya. La lengua nos pertenece a los hablantes. En todo caso, recuerda que más que hablar de lenguaje sexista, sería más correcto hablar de usos sexistas del lenguaje. Si te sirve, hoy se tiende a utilizar, siempre que sea posible, nombres colectivos (profesorado, alumnado) para optar por una solución intermedia.
Sobre todo debes evitar el uso del masculino genérico cuando implique realmente discriminación. Expresiones del tipo Los ingleses combatieron valientemente durante la II Guerra Mundial. Mientras peleaban en los campos de batalla, sus mujeres se organizaron en la retaguardia...sí son sexistas, pues identifican el término genérico (en este caso ingleses) con el varón, y dejan a la mujer en un segundo plano con respecto al hombre.
*Imagen: periódico corregido
espanol-sos.blogspot.com
Completa el texto
Sexo y género...
¿Violencia de género o violencia machista?
A veces el nombre es lo de menos, y el caso terrible de la violencia contra las mujeres lo demuestra. De todos modos, es preferible, desde un punto de vista lingüístico, la expresión <<violencia machista>>.
El principio de economía lingüística establece que el emisor restringe la cantidad de elementos que pueden usarse en la comunicación a la menor cantidad posible.
Contra los desdoblamientos
Son mayoría los miembros de la Academia que se oponen a los desdoblamientos. Sin duda, uno de los más apasionados enemigos de esta iniciativa lingüística Arturo Pérez-Reverte, que ha dedicado un buen número de artículos sobre el tema. Si quieres leer uno (en el que critica a la Univerdidad de Zaragoza por este asunto), sigue el enlace:
El igualitarismo lingüístico, cuando excepcionalmente se produce, no garantiza por sí mismo la equiparación social. Ángel López García (1991, 56-57) ha recordado el caso del quechua, lengua indígena hablada en Perú y Ecuador por cerca de diez millones de hablantes, en la que la estructura morfológica del género se presenta como claramente igualitaria; o el del goajiro, lengua indígena de Venezuela, donde el femenino es el término genérico. Aunque cueste trabajo comprenderlo, las sociedades correspondientes a tales culturas, en contra de lo que podríamos esperar de semejantes realidades lingüísticas, han sido, sin embargo, absolutamente patriarcales, pues allí «los que mandan, como en el resto del país que sólo habla español, son ellos y no ellas».
Soledad de Andrés Castellanos, "SEXISMO Y LENGUAJE. El estado de la cuestión: reflejos en la prensa II"