Frente al equilibrio neoclásico, la sujeción a las normas y el didacticismo imperante en el siglo XVIII, los románticos, como Espronceda, defienden la
libertad de formas y la irracionalidad en la creación poética.
En la
Canción del Pirata podrás ver que Espronceda revitaliza el uso de la
métrica popular (los octosílabos), escoge un
personaje marginado de la sociedad (un pirata) y lo hace "navegar sin temor", rompiendo los esquemas establecidos. Aquí puedes leer unas estrofas, pero puedes leer el poema completo pinchando
aquí.
CANCIÓN DEL PIRATA
Con diez cañones por banda,
viento en popa, a toda vela,
no corta el mar, sino vuela
un velero bergantín.
Bajel pirata que llaman,
por su bravura, El Temido,
en todo mar conocido
del uno al otro confín.
La luna en el mar riela
en la lona gime el viento,
y alza en blando movimiento
olas de plata y azul;
y va el capitán pirata,
cantando alegre en la popa,
Asia a un lado, al otro Europa,
y allá a su frente Istambul:
Navega, velero mío
sin temor,
que ni enemigo navío
ni tormenta, ni bonanza
tu rumbo a torcer alcanza,
ni a sujetar tu valor.
Veinte presas
hemos hecho
a despecho
del inglés
y han rendido
sus pendones
cien naciones
a mis pies.
Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.