El cangrejo americano (cangrejo rojo, Procambarus clarkii) fue introducido en España en los años setenta por su interés en la industria alimentaria, pero los resultados no fueron los esperados. En los ecosistemas españoles, el cangrejo americano es un depredador muy voraz y no tiene depredadores que mantengan su población en límites adecuados, por lo que se ha desarrollado sin límites produciendo numerosos problemas ecológicos: desaparición de especies autóctonas como el cangrejo de río (Austropotamobius pallipes), el tritón del Pirineo, algunas especies vegetales, ..., producciendo también la destrucción de cosechas de arroz.
El caso del cangrejo americano no es único. A lo largo de la segunda mitad del siglo pasado se introdujeron otras especies en nuestros ríos como la gambusia, el pez gato, la perca americana o black-bass, la lucioperca, el pez sol, el siluro, el mejillón cebra y el galápago de Florida, entre otros.
Estas introducciones han eliminado a las poblaciones de especies autóctonas (nativas de nuestros ríos) como la madrilla, el gobio, el barbo, el cangrejo de río, los tritones del Pirineo....
Las graves consecuencias, no sólo ecológicas sino económicas, del desarrollo desmesurado del mejillón cebra pueden servir para que, desde los diversos ámbitos de la sociedad implicados, se luche contra la introducción de cualquier especie alóctona.