El teatro de evasión o de humor de Miguel Mihura: Tres sombreros de copa

Miguel Mihura (1905-1977) supo combinar con maestría la reflexión existencial con las situaciones absurdas, abordando así el humor teatral de una forma original y novedosa en el momento. La representación de escenas incoherentes o diálogos sin sentido son para este autor una manera simbólica de denunciar la intrascendencia que destilan los convencionalismos sociales.
El humor de su primera obra, Tres sombreros de copa (escrita en 1932 y estrenada veinte años después), no es un humor convencional, sino amargo, pues en ella se muestra el contraste entre una vida anodina, sin alicientes y sin aspiraciones, y otra llena de vitalismo e imaginación, libre de ataduras.
A continuación puedes leer un fragmento de Tres sombreros de copa, perteneciente al final de la obra. La acción de la obra ocurre en una habitación de un hotel de provincias regentado por D. Rosario, en donde Dionisio, el protagonista, pasa su última noche de soltero. Se va a casar al día siguiente con una muchacha perteneciente a una familia tradicional de provincias. En el mismo hotel se hospeda una compañía de artistas de variedades. Dionisio se enamora de una bailarina encantadora e inocente llamada Paula. Juntos sueñan emocionantes y poéticas aventuras imposibles por la boda del día siguiente.
DIONISIO.- (La besa nuevamente.) ¡Paula! ¡Yo no me quiero casar! ¡Es una tontería! ¡Ya nunca sería feliz! Unas horas solamente todo me lo han cambiado... Pensé salir de aquí hacia el camino de la felicidad y voy a salir hacia el camino de la ñoñería y de la hiperclorhidria...
PAULA.- ¿Qué es la hiperclorhidria?
DIONISIO.- No sé, pero debe de ser algo imponente... ¡Vamos a marcharnos juntos...! ¡Dime que me quieres, Paula!
PAULA.- ¡Déjame dormir ahora! ¡Estamos tan bien así...!
(Pausa. Los dos, con las cabezas juntas, tienen cerrados los ojos. Cada vez hay más luz en el balcón. De pronto se oye el ruido de una trompeta que toca a diana y que va acercándose más cada vez. Luego se oyen unos golpes en la puerta del foro.)
DON ROSARIO.- (Dentro) ¡Son las siete, don Dionisio! ¡Ya es hora de que se arregle! ¡El coche no tardará! ¡Son las siete, don Dionisio!
(Él queda desconcertado. Hay un silencio y ella bosteza y dice.)
PAULA.- Son ya las siete, Dionisio. Ya te tienes que vestir.
DIONISIO.- No.
PAULA.- (Levantándose y tirando la manta al suelo.) ¡Vamos! ¿Es que eres tonto? ¡Ya es hora de que te marches...!
DIONISIO.- No quiero. Estoy muy ocupado ahora...
PAULA.- (Haciendo lo que dice.) Yo te prepararé todo... Verás... El agua... Toallas... Anda. ¡A lavarte, Dionisio...!
DIONISIO.- Me voy a constipar. Tengo muchísimo frío...
(Se echa en el diván acurrucándose.)
PAULA.- No importa... Así entrarás en reacción... (Lo levanta a la fuerza.) ¡Y esto te despejará! ¡Ven pronto! ¡Un chapuzón ahora mismo! (Le mete la cabeza en el agua.) ¡Así! No puedes llevar cara de sueño... Si no, te reñiría el cura... Y los monaguillos... Te reñirán todos...
DIONISIO.- ¡Yo tengo mucho frío! ¡Yo me estoy ahogando...!
PAULA.- Eso es bueno... Ahora, a secarte... Y te tienes que peinar... Mejor, te peinaré yo... Verás... Así... Vas a ir muy guapo. Dionisio... A lo mejor ahora te sale otra novia... Pero... ¡oye! ¿Y los sombreros de copa? (Los coge.) ¡Están estropeados todos...! No te va a servir ninguno... Pero ¡ya está! ¡No te apures! Mientras te pones el traje yo te buscaré uno mío. Está nuevo. ¡Es el que saco cuando bailo el charlestón...!
*Imagen: Colección teatro nº51
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Contesta
¿Por qué se hace el remolón Dionisio en la habitación de Paula?
Porque no se quiere casar.