El teatro burgués de Jacinto Benavente: Los intereses creados

Jacinto Benavente (1866-1954) ha sido uno de los dramaturgos más conocidos en España. En 1922 le concedieron el premio Nobel de Literatura. Autor de obras de ambiente popular y de comedias burguesas logró su mayor éxito con el estreno en 1907 de Los intereses creados.
Benavente es el creador de la nueva comedia. Este género aporta dos novedades importantes al teatro: un enfoque realista (refleja con naturalidad diálogos que reproducen el habla culta de las clases acomodadas) y una intención crítica (dirigida contra las costumbres y convicciones de la burguesía española)
Los intereses creados es una obra equilibrada, muy representativa de los gustos dramáticos imperantes en nuestro país durante el primer tercio de siglo. Es una farsa que utiliza el ambiente y los personajes de la vieja Commedia dell?arte (la Italia del siglo XVII) pero que encierra una cínica visión de los ideales burgueses. La obra cuenta como llegan a una hostería, huyendo de pleitos, dos pícaros: Leandro y Crispín; para sobrevivir en la ciudad, deciden poner en marcha una arriesgada estratagema. Aquí puedes leer un fragmento que pertenece a la escena I - cuadro primero, momentos antes de que los dos pícaros entren en la hostería:
LEANDRO y CRISPÍN que salen por la segunda izquierda.
LEANDRO.-Gran ciudad ha de ser ésta, Crispín; en todo se advierte su señorío y riqueza.
CRISPIN.-Dos ciudades hay. ¡Quisiera el Cielo que en la mejor hayamos dado!
LEANDRO.-¿Dos ciudades dices, Crispín? Ya entiendo, antigua y nueva, una de cada parte del río.
CRISPÍN.-¿Qué importa el río ni la vejez ni la novedad? Digo dos ciudades como en toda ciudad del mundo: una para el que llega con dinero, y otra para el que llega como nosotros.
LEANDRO.-¡Harto es haber llegado sin tropezar con la justicia! Y bien quisiera detenerme aquí algún tiempo, que ya me cansa tanto correr tierras.
CRISPÍN.-A mí no, que es condición de los naturales, como yo, del libre reino de Picardía, no hacer asiento en parte alguna, si no es forzado y en galeras, que es duro asiento. Pero ya que sobre esta ciudad caímos y es plaza fuerte a lo que se descubre, tracemos como prudentes capitanes nuestro plan de batalla, si hemos de conquistarla con provecho.
LEANDRO.-¡Mal pertrechado ejército venimos!
CRISPÍN.-Hombres somos, y con hombres hemos de vernos.
LEANDRO.-Por todo caudal, nuestra persona. No quisiste que nos desprendiéramos de estos vestidos, que, malvendiéndolos, hubiéramos podido juntar algún dinero.
CRISPÍN.-¡Antes me desprendiera yo de la piel que de un buen vestido! Que nada importa tanto como parecer, según va el mundo, y el vestido es lo que antes parece.
LEANDRO.-¿Qué hemos de hacer, Crispín? Que el hambre y el cansancio me tienen abatido, y mal discurro.
CRISPÍN .-Aquí no hay sino valerse del ingenio y de la desvergüenza, que sin ella nada vale el ingenio. Lo que he pensado es que tú has de hablar poco y desabrido, para darte aires de persona de calidad; de vez en cuando te permito que descargues algún golpe sobre mis costillas; a cuantos te pregunten, responde misterioso; y cuanto hables por tu cuenta, sea con gravedad; como si sentenciaras. Eres joven, de buena presencia; hasta ahora sólo supiste malgastar tus cualidades; ya es hora de aprovecharte de ellas. Ponte en mis manos, que nada conviene tanto a un hombre como llevar a su lado quien haga notar sus méritos, que en uno mismo la modestia es necedad y la propia alabanza locura, y con las dos se pierde para el mundo. Somos los hombres como mercancía, que valemos más o menos según la habilidad del mercader que nos presenta. Yo te aseguro que así fueras vidrio, a mi cargo corre que pases por diamante. Y ahora llamemos a esta hostería, Que lo primero es acampar a vista de la plaza.
*Imagen: Escena de Los intereses creados, 1907, Teatro Lara de Madrid:
parnaseo.uv.es
Contesta
¿En qué parte del texto hace saber Crispín que llegan sin dinero?
Cuando habla de dos ciudades, "la del que llega con dinero y otra para el que llega como nosotros".