La Edad Media: el feudalismo y el Islam
La civilización islámica nace al amparo de una nueva religión: el Islam y, desde la península arábica se expande por Oriente Medio, el Norte de África y la Península Ibérica en apenas 100 años.
El profeta Mahoma, fue el que creó esta doctrina partiendo de la revelación de la religión por parte de Alá, su Dios, creando así una religión monoteísta. El término Islam supone aceptar la sumisión a la voluntad de Dios y crea el concepto musulmán, que por encima de razas o procedencias, agrupa a todos los creyentes en Alá.
El Corán es el libro sagrado de los musulmanes y recoge la revelación de Alá a Mahoma. Su redacción recoge y adapta parte de la tradición religiosa judía y cristiana (tanto la Tora judía como el Antiguo Testamento, común a ambas, y los Evangelios propios del cristianismo) y considera a los patriarcas y profetas del antiguo testamento: Adán, Abrahán, Moisés, Salomón o Jesucristo como profetas que precedieron al último profeta: Mahoma.
El Corán establece las obligaciones que los musulmanes tienen para su religión:
Yihad significa esfuerzo o lucha, en algunos casos es interpretada como la lucha interior contra el mal, en otros como la lucha contra los enemigos del Islam. Este concepto, que movió a las luchas contra los enemigos del Islam durante la Edad Media bajo la promesa del paraíso, se mantiene viva hoy en día en algunos grupos integristas musulmanes.
Creen en otra vida, con cielo e infierno tras el juicio final. El paraíso es un lugar placentero, no sólo en lo metafísico, sino también en lo físico.