La Edad Media: el feudalismo y el Islam
La economía
La economía islámica se articuló en torno al comercio y a la agricultura.
Los pueblos árabes partían de una tradición comercial que venía de antiguo con las rutas de las grandes caravanas, entre ellas las de la seda o las especias, que llegaban hasta China o la India actuales y que ponían en contacto oriente y occidente.
La artesanía alimentaba este comercio con producción textil, cerámica, cuero, vidrio y orfebrería.
Por otra parte, su procedencia de un medio cálido y seco, les hizo desarrollar una agricultura muy técnica que era capaz de producir en condiciones poco propicias y al aprovechamiento del agua como un bien escaso, creando infraestructuras de riego y redes de acequias (muchas de las cuales han llegado hasta nosotros) y otros elementos para facilitar el aprovechamiento del agua como norias, fuentes... Al extenderse por zonas regables, aportaron sus técnicas de cultivo y con ellas llegó el incremento de una producción muy variada en hortalizas y frutales, junto con los jardines y los cultivos tradicionales.
Su ganadería era eminentemente ovina, en especial cabras, ya que el Corán prohíbe expresamente el consumo de cerdo y la vegetación de la zona de procedencia no permite el ganado bovino. La cría de camellos tiene gran importancia en el comercio y la de caballos en su expansión.