Ciencias Sociales
2º -  Ciencias Sociales 
Los burgos medievales
 

La economía urbana

Oficios

Los artesanos se agrupaban en gremios, de forma que todos aquellos que realizaban la misma labor compartían la misma corporación, además de estar  situados en la misma zona de la ciudad, con unas normas establecidas que regulaban la calidad de los productos y, en función de ella, su precio; la cantidad de producción y la adquisición de materias primas; la duración de la jornada laboral; la creación de nuevos talleres o el escalafón laboral y las condiciones para ascender en él:

  • El maestro era el dueño y disponía del local y los utensilios necesarios para transformar la materia prima en el producto final.
  • Los oficiales eran especialistas que trabajaban para el patrón. Podían independizarse para crear su propio taller si realizaban una obra que, evaluada por el gremio, era considerada como maestra.
  • La forma de aprender un oficio era comenzar trabajando de aprendiz, desde los 12 años y a lo largo de cuatro o seis, su formación estaba a cargo del maestro que delegaba en los oficiales.

Muchas ciudades crearon sus lonjas, edificios destinados a albergar las transacciones comerciales importantes.

Con el tiempo, algunas ciudades se especializaron en determinadas actividades: conmerciales, artesanales, religiosa o como centros culturales y universitarios.

 
 
Protección al comercio

Muchos de los fueros otorgados a las ciudades en la Edad Media exoneraban a sus habitantes de pagar impuestos de portazgo por pasar por determinados lugares, lo que no sólo favoreció la actividad comercial, sino que atrajo a comerciantes que querían obtener ese beneficio.
 
Así, el fuero de Calatayud dice:
 
Ningún vecino de Calatayud que pase por los puertos de Pamplona o por los de Jaca pague lezda (portazgo) ni a la ida ni a la venida; el que los cobrare a la fuerza, pague mil maravedís en tres partes como arriba se dice.